¿Renovar el jardín?
A veces ocurre que compras una casa y te encuentras con un jardín abandonado porque apenas nadie se ha ocupado de él, y lo que en su día tuvo diseño, belleza y fue motivo de orgullo, ahora parece una selva. Pues pongámonos manos a la obra para volver a conseguir ese espacio verde en el menor tiempo posible y, sobre todo, disfrutando de algo tan vivo y cambiante como es un jardín!
Casi seguro que el césped se encontrará alto, muy, muy alto y con una presentación irregular, es decir matas muy densas y calvas desoladoras. Los setos, los guardianes del jardín, estarán pelados por sus partes inferiores y desmadrados en los niveles altos, pero seguramente desnudos en el interior.
Respecto a los arbustos, serán gigantes desgarbados y sin apenas floración.
Deberemos poner al día nuestro jardín aprovechando lo que haya, habrá que corregir el sistema de riego, la red eléctrica e, incluso, el drenaje si es que vemos encharcamientos a simple vista. Lo más importante para conseguir nuestro propósito es tener claro qué es aprovechable y qué no para luego no tener que perder el tiempo con errores difíciles de solventar.
Comencemos bajo tierra. Lo primero de todo y muy importante: habrá que comprobar el sistema de la red de riego. Lo normal es que, sobre todo si se ha adquirido una preciosa y señorial casa antigua, cuando se construyó el jardín no se hubieran inventado todavía el goteo, los aspersores o cualquier sistema de riego actual; si hiciera falta debería drenarse el terreno, cavando zanjas y enterrando las tuberías; imprescindible sería comprobar el estado de la instalación eléctrica, si es que pasa por el jardín, para evitar que luego falle y tengamos que sustituirla levantando para ello el césped, una vez hayamos conseguido que vuelva a estar en su máximo esplendor.
Hay que podar los arbustos que hayamos escogido y los árboles desgarbados. El seto, quizá baste con plantar unas hiedras en la base para que tapen los bajos desnudos pero, si es insuficiente, fuera con él sin contemplaciones. Resiembre el césped tras el aireado de la tierra; plante algún bonito arbusto en el lugar de los que no sobrevivieron a nuestra criba inicial de lo que era aprovechable y, si no, merece la pena probar con arbustos tales como: rododendros, brezos y, sobre todo, camelias ¡qué maravilla! con flores de soberbios, aunque delicados, botones florales y hojas de brillante aspecto.
Y si nos agobiamos mucho porque no vemos el fin de las reformas y tenemos la imperiosa necesidad de ver los arbustos ya en flor, siempre podemos dejar el trabajo y las obras de choque a un profesional que se dedique a ello y que echará mano a su imaginación y de un buen plan de jardinería y que nos dejará el jardín a punto para seguir sintiéndonos jardineros, disfrutando día a día de los pequeños logros conseguidos que, de bien seguro, nos harán sentir orgullosos por el espacio tan atractivo y relajante con el que nos veremos recompensados.
Albert Moreda, Jardinero
Albert Moreda S.l.