9 Mitos sobre la rehabilitación del hogar
Llega el momento de hacer esas pequeñas rehabilitaciones del hogar que hemos estado atrasando por diversos motivos a lo largo del año pero que no pueden dejarse de hacer una vez haya pasado el verano. Y es entonces cuando surgen las dudas: ¿lo hacemos nosotros mismos o contratamos a un profesional? Es en ese momento cuando debemos plantearnos algunas cuestiones para evitar equivocarnos y realizar una chapuza en casa. Para despejaros algunas dudas hemos creído conveniente destapar falsos mitos sobre la rehabilitación.
No nos engañemos, si rehabilitar una vivienda fuese tan fácil, la gente lo haría ella misma y los profesionales no existirían. Pero, por suerte o por desgracia, no es así. Las remodelaciones requieren tiempo y, sobre todo, paciencia por parte de toda la familia.
Si se decide por ser un Juan Palomo, es una tarea que implica de un largo proceso, empezando por ocuparse de la elección y compra de los materiales que es una de las tareas más farragosas. Además, el cansancio físico implica también un agotamiento emocional y estrés.
2. La rehabilitación no es cara
Depende. Depende de la elección de materiales previa, evidentemente, y del planteamiento inicial. Con el auge de los programas de televisión de reformas parece todo coser y cantar y los presupuestos de las familias protagonistas suelen ser bastante holgados, pero normalmente no todo es así. Evidentemente, se pueden hacer rehabilitaciones para cada bolsillo pero no nos olvidemos que a veces lo más barato sale caro.
Es importante establecer un presupuesto lógico – que también puede ser ajustado- pero hay que decir que sí, que las rehabilitaciones cuestan dinero.
3. Puedes hacerlo tu mismo
No, no puede hacerlo tu mismo. Es decir, si quieres que los resultados sean efectivos, no lo hagas. Los resultados siempre serán mejores si lo dejas en manos de una profesional de la materia. Evidentemente, dependerá del tipo de reforma, pero si se trata de demoliciones, instalaciones u obras mayores, puede ser muy peligroso encargarnos nosotros mismos, además de que podemos dejarlo todo peor de como estaba y acabemos llamando a un profesional, duplicando además el presupuesto inicial.
4. Contra más barato, mejor
Aunque siempre dicen que «menos es más», también se dice «lo barato sale caro» y, en este caso, es muy probable que el dicho se cumpla a raja tabla. Sencillamente, si no queremos enfrentarnos a otra necesaria rehabilitación o reforma por haber escogido materiales de baja calidad, mejor invertir un poco más en en el presupuesto y evitarnos un problema más adelante.
5. Si se parecen, son igual de buenos
Si se parecen, se parecen. No quiere decir que sean igual de bueno. En este caso también podemos aplicar el dicho «lo barato sale caro». Normalmente, -siempre habrá excepciones- lo mejor sale más caro. Pueden haber diferencias, pero por regla general suele ser así. Así, nos encontramos en la misma situación que al elegir lo más barato: aunque se parezcan, el precio nos puede dar una pista de la calidad de uno y otro.
6. Siempre llevan más tiempo del previsto
No tiene porque ser así siempre. Un buen plan que contemple posibles problemas, retrasos o climatología, por ejemplo, puede hacer que – incluso- los días necesarios se reduzcan. Quizás este es un punto que no se tiene demasiado en cuenta pero que es primordial para acabar con éxito cualquier reforma y evitar así el estrés que puede provocar tener que abandonar nuestro hogar por unos días para poder llevar a cabo las obras.
7. Siempre cuesta más de lo presupuestado
No si se realiza un buen presupuesto. En el momento de confeccionarlo debemos controlar absolutamente todos los gastos para evitar sorpresas a última hora pero los imprevistos existen y podría pasar. Aun así no debería ser la regla.
8. Puedes improvisar
Y ligado a lo anterior está la improvisación. A mayor improvisación más posibilidades de incumplir el plan y el presupuesto. En otras facetas de la vida la improvisación es lo mejor, en el tema que los ocupa es mejor olvidarse y dejarlo todo más que atado desde un buen inicio.
9. Los que tienen mejor pinta son los mejores
No nos engañemos: un buen marketing significa más presupuesto, no más calidad. Es cierto que a más publicidad, más presencia y mejor aspecto, ya sea en vallas publicitarias, diarios o internet, nos puede dar una sensación de familiaridad que implica mayor confianza sin una razón justificada pero en estos casos es totalmente falso. El boca-boca es lo que más funciona cuando se trata de este tipo de trabajos ya que los resultados son los que se juzgan y no hay mejor publicidad que un cliente satisfecho.
En definitiva, nuestro consejo desde aquí es ponerse en manos de un profesional y comparar presupuestos hasta encontrar uno que pueda ajustarse a nuestro bolsillos y necesidades sin pedir milagros.
Suerte en las reformas de verano!
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