Terminamos un 2019 de Dragon Khan, empezamos un 2020 con perspectivas de estabilidad
Analizando que ha pasado si hablamos del sector inmobiliario, desde las vacaciones hasta ahora, ha estado un sube y baja. Semanas en las que parecía que la actividad bajaba y bajaba, y a los quince días volvíamos a ir de cabeza con visitas y más visitas.
Seguramente han intervenido muchos factores políticos, económicos, rumores de crisis… y también propios del sector. El ciudadano que quiere comprar le cuesta más decidirse. Por un lado, hay algunas opciones más que hace unos años, pero no muchas más, y ya veremos cuánto dura esta tendencia. Y, por otro lado, hay menos seguridades y más incertidumbres de si podrá conseguir financiación.
En nuestro caso, este segundo trimestre del 2019 hemos vendido claramente menos que el mismo periodo del 2018, tanto en obra nueva como en segunda mano. Aproximadamente hemos hecho un 10% menos que el año anterior.
En cuanto al alquiler, el mercado sigue estando muy activo, básicamente porque se mantiene la gran diferencia entre la demanda y la oferta. Al no generarse más oferta, los precios se siguen manteniendo muy elevados y los inmuebles con rentas medianas-altas siguen alquilándose, en general, rápidamente. Los de rentas muy elevadas tiene otros ritmos y hace falta dedicarles más tiempo para alquilarlos.
El mercado de alquiler sigue siendo muy dinámico, no creemos que haya cambiado mucho en un corto plazo. Como hemos dicho, las rendas siguen siendo muy elevadas, el 46% de los nuevos contratos realizados el pasado2019 se sitúan entre los 1.000€ i los 1.500€, cuando históricamente siempre habían estado en porcentajes del 20%.
Sobredosis legislativa
En 12 meses hemos tenido ocho cambios de escenario en referencia al marco legislativo de la vivienda y, en especial, del alquiler. Algunos ha sido cambios aprobados y que luego no se han convalidado, otros han sido cambios anunciados y no presentados en el último minuto, pero que igualmente crean incertidumbre. Todos estos cambios demuestran que no hay ninguna estrategia ni consenso político respecto a la vivienda. Se intentan resolver problemas reales que tenemos a corto plazo, pero no se asientan bases reales para el medio y largo plazo.
Hemos acabado con la Ley 17/2019 del 23 de diciembre, de medidas urgentes para mejorar el acceso a la vivienda. Esta ley modifica varias leyes, como las de la vivienda, la de urbanismo o la de emergencia habitacional. El objetivo es bueno: conseguir viviendas para las familias más desfavorecidas. Pero ¿son correctas las medidas planteadas? ¿Debe recaer, preferentemente, como una obligación en los grandes tenedores? ¿El umbral del gran tenedor es correcto? ¿Es normal que se legitime una forma de ocupación, aunque sea en relación a los tenedores financieros?
Desde nuestro punto de vista, esta nueva ley deja en evidencia el fracaso de lo que deberíamos haber conseguido: edificar viviendas sociales a través de la colaboración público-privada como pasa en tantos y tantos países europeos. Y lo sustituimos por el tanteo, retracto, aceptación, ocupación, etc.
Nos preguntamos, ¿es un tenedor la persona física o jurídica que tiene 15 viviendas? ¿Tiene que tener el mismo trato el que tiene 15 viviendas que el que tiene 500? ¿No es diferente?
Pues desde nuestro punto de vista es discutible, en Cataluña históricamente la vivienda ha sido una forma de ahorro, esto ya viene de generaciones, y seguro que hay bastantes propietarios que tiene más de 15 viviendas, algunos aun con renda antigua. ¿Son grandes tenedores?
No queremos polemizar, queremos contribuir a la reflexión.
Continuaremos…
Immaculada Amat
Presidenta de Amat Immobiliaris