¿Nos sale a cuenta instalar placas solares?
Cada invierno nos encontramos con una subida del precio de la luz durante los días que hace más frío, ¿pero sabemos si en caso de haber tenido placas solares nos hubiera afectado de la misma forma? Esto depende del contrato de la luz que tenga cada uno, pero seguro que el precio a pagar no hubiera sido tan alto como si solamente hubiéramos consumido energía eléctrica de la red.
Desde hace unos años es obligatorio que todos los edificios de obra nueva ofrezcan algún sistema de ahorro energético, ya sean panales fotovoltaicos (placas solares), aerotermia…; en cambio si nuestro edificio es antiguo, lo más probable es que no tenga ninguno de estos sistemas; pero esto no quita que no los podamos instalar nosotros a posteriori, ya sea para el consumo propio o para el consumo comunitario.
Las ventajas de instalar paneles fotovoltaicos son muchas, por ejemplo:
– Una de las más conocidas, es el ahorro que hacemos en la factura de la luz.
– El comportamiento responsable y ecológico al disminuir el consumo de combustibles fósiles.
– Reducir emisiones del sistema de producción eléctrica convencional al depender menos de la energía exterior.
Obviamente también podemos encontrar algunas pequeñas desventajas como el hecho que las placas solares reducen su eficiencia a partir de los 25ºC de temperatura porque las células sufren una degradación a largo plazo y su rendimiento va reduciendo la eficiencia un 0,5% para cada grado superior a los 25ºC. Este hecho tiene una fácil solución y es convertir en una cubierta verde la zona donde se instalan las placas con tal que la temperatura ambiental de la zona sea más fresca haciendo que las placas no pierdan eficiencia.
Por tanto, al final no acaba siendo tan grave si lo comparamos con lo que nos aportan las placas; el hecho de tenerlas siempre es bueno.
Excedentes y compensación
Pero instalar las placas varía dependiendo de si vivimos en una casa unifamiliar o en un bloque de pisos. En el primer caso es mucho más fácil instalarlas ya que se pueden repartir por diferentes sitios como tejados, azoteas o incluso en zonas de jardín para poder abastecer con energía necesaria la casa, es decir, el terreno donde se pueden instalar es más grande que si se vive en un bloque de pisos. En cambio, en el caso de vivir en una comunidad de vecinos, cuando es el momento de hacer la instalación hay varias posibilidades y varias casuísticas de las que ya hablaremos en un futuro post, pero en el caso que todos los vecinos quieran tener energía solar para utiliza y, también, se quiera utilizar para la comunidad, la zona donde se colocaran las placas suele ser en las azoteas que acostumbran a no tener suficiente espacio para abastecer a todos los pisos y a la comunidad con la energía que se necesita.
A pesar de esto, en los dos casos, una de las opciones que hay al instalar las placas solares es que puedes decidir si quieres que la red sea interior con excedentes y compensación. Es decir, que la energía que se crea y no se utiliza se puede verter a la red, hecho que acaba repercutiendo en la factura de la luz, ya que lo compensarán restando un porcentaje al precio total que hay que pagar. Esto pasa porque durante el momento que más energía generan las placas (las horas centrales del día) es cuando menos energía se suele necesitar en un bloque de pisos residenciales.
Por este mismo motivo, tener placas solares no quiere decir que no tengamos que utilizar la luz de la red eléctrica ya que durante las horas del día que se necesita más luz (suele ser por la tarde y la noche) las placas no generan suficiente y tenemos que consumir un porcentaje de energía de la red eléctrica. Por lo tanto, con la red interior que permite excedentes y compensación acabamos pagando menos a la compañía eléctrica que sin placas solares por 2 motivos:
– Porque consumimos menos energía externa de la compañía eléctrica.
– Porque vertimos un tanto por ciento de la que se produce y la compensan.
Pero si lo que queremos es evitar expulsar la energía que nos sobra de unas horas y no consumir de la red durante otras hay una pequeña solución y es, en el momento en que instalan los paneles fotovoltaicos en el edificio, invertir y colocar también una batería que vaya guardando la energía sobrante de las mayores horas de sol para consumirla durante los momentos más necesarios. El problema es, que a día de hoy las baterías tienen unos precios bastante elevados y su vida útil es más corta que la de los paneles, por esto la gran mayoría de usuarios de placas fotovoltaicas deciden verter la energía a la red para tener una rebaja de la factura de la luz a pagar una batería.
¿Y el precio de las placas?
En un inicio la cantidad de dinero que hace falta pagar por las placas y la instalación puede parecer muy elevada (el año 2019 el precio medio de una instalación se situaba alrededor de los 300-400 por m2); pero hay que saber que los paneles fotovoltaicos tienen una vida útil de unos 25 años y está comprobado que la inversión inicial se recupera, más o menos, en 5 años (en el caso de una comunidad de vecinos) a medida que se va ahorrando en la factura de la luz. Durante el resto de los 20 años, una vez recuperada la inversión inicial, lo que se hace es pagar menos de la factura de la luz de lo que pagábamos hasta ese momento, por tanto, a la larga ahorramos mucho más del precio que cuesta toda la instalación.
Y si con esto aún no lo vemos claro, hay que saber que según el municipio nos podemos encontrar con normativas que ayuden a la implementación de estos tipos de sistemas de generación de energía. Por ejemplo, una bonificación del IBI de hasta un 50% durante un cierto tiempo, también se pueden encontrar algunos ayuntamientos que dan subvenciones para facilitar que las comunidades decidan hacer la instalación, ayudas del Programa de Rehabilitación energética de edificios (PREE)…
Además, hay diferentes modalidades en el momento de pagar la instalación de los paneles fotovoltaicos:
– Hacer el pago completo en el momento de la instalación siendo el propietario/a de toda la infraestructura.
– Financiación interna con la empresa instaladora donde se van haciendo los pagos en unos plazos acordados durante cierto tiempo.
– Algunas empresas ofrecen la posibilidad de hacer la instalación de forma gratuita llegando a un acuerdo de alquilar la azotea o el tejado donde se coloquen los paneles y ofreciendo un porcentaje de descuento en la factura de la luz, pero en este caso las placas no serían nuestras sino de la empresa instaladora.
Sea cual sea la opción que escojamos, está claro que las renovables son el futuro y cada vez se ven por más sitios, incluso hay casas unifamiliares que están construidas sin estas conectadas a la red eléctrica siendo 100% autónomas en cuanto al consumo eléctrico.